Lo cierto es que cuantas más vueltas le doy a este proyecto que lidera el departamento de Doña Berta Piñán, y analizo toda su puesta en valor cada vez entiendo menos el sentido que este puede tener el Camín de los Santuarios, como tal propuesta y como renuncia a un Camino anterior que transita por los mismos lares y que da soporte al proyecto concernido.
En un principio parecía estar concebido el proyecto a dos inputs como son Covadonga y el monasterio de Santo Toribio de Liébana y así lo glosaban de continuo los alcaldes del suroriente asturiano (Peñamelleras, Cabrales, Onís y Cangas de Onís), aunque todo esto parece haber sido algo relativo, y por tanto ignoro entre otras cosas por ejemplo ¿cuándo apareció por el horizonte político la idea de expandir el tema a los Santuarios hacia Oviedo?
Aunque es verdad que había esa tentación de poner en solfa en Camino de los Francos, ya desde 1998 como así lo hacía Andrés Martínez Vega, a la sazón cronista de Piloña, que, en unas viejas jornadas sobre el Camino de Santiago, comentaba esa posibilidad, que por cierto, aunque él la ciñe a los 90, esa idea ya estaba puesta encima de la mesa de debate desde mediados de los años 50 y expuesta años más tarde de forma crítica por Vicente José González García.
Lo cierto, y eso es indudable que cuando cogió forma la idea de extender el proyecto hacia San Salvador de Oviedo, esto aportó una nueva dimensión al propósito, pero planteado como se ha hecho ha desmadejado unas cuantas paradojas.
1ª Paradoja. De la Cantabria Infinita al espejismo.
La paradoja es que, pese a los deseos de hermandad con la Comunidad de Cantabria, hay que decir que Asturias no ha tenido mucha vocación de vecindad con Cantabria, y menos con su importante referente religioso como es Santo Toribio de Liébana, ya lo dice el refrán con aquello de «lebaniegos, ni por vecinos ni por linderos», y el famoso Beato nos era otra cosa que un meticón en los asuntos de la corte astur, como buen observante de la ortodoxia religiosa.
Pero más allá de los refranes, es bueno echar mano a las realidades, y para ello se puede echar un vistazo a la Ruta de la Reconquista, GR 202, la cual comienza su recorrido en Covadonga y se la concluye en Cosgaya por aquello de que la leyenda dice que en ese lugar se acaba la historia al sucumbir los muslimes que había vencido Pelayo, y en su huida cayeron bajo un argayo en Cosgaya.
Eso es todo lo que nos adentramos en Liébana.
Casi que lo mismo nos dice la página web de la Vicepresidencia Tercera del Gobierno de España, cuando habla de los Picos de Europa y sus rutas senderistas, cuyo GR-202, Ruta de La Reconquista, también lo da por concluido en Cosgaya.
Digamos que parece baldío todo esfuerzo por ir más allá en el intento de ligar por ejemplo Santo Toribio de Liébana y su Lignun Crucis con Asturias.
De dichas lecturas parece desprenderse que no ha interesado ni por historia ni por otras cuestiones arrimarse a diversos linderos, y menos mezclarse pese a las buenas palabras y acciones del presidente Revilla, que incluso hace de pregonero de la fiesta de Covadonga en el Centro Asturiano de Cantabria, algo que a la inversa me temo que no veremos, pues eso, cada uno en su parcela…
Por otro lado, la famosa Calzada romana de Caoro, que tradicionalmente se la inicia en Arenas de Cabrales concluye la mayoría de las veces en el collado La Caballar (Sotres), y por supuesto no se la dirige hacia ningún destino cántabro, aunque algunos autores opten en ocasiones por extenderla hacia Áliva, aunque luego ya no saben qué hacer con ella, y otros estudiosos, eso sí en número más bien escaso, la hacen circular camino de Bejes…
Señal inequívoca de que Cantabria para los asturianos en general ha sido una especie de espejismo, aunque no sea mi caso, puesto que he sido un diletante en esos acercamientos a la realidad lebaniega, pues en el año 1992 publiqué un libro de Rutas de bicicleta de Montaña por los Picos de Europa, seguido de otro publicado en 1994 otro que en Asturias digamos que tuvo poca repercusión: Itinerarios depara Bicicleta de Montaña por Picos de Europa y el valle de Liébana.
Al par de esta publicación llevé a cabo diversas actividades deportivas para ciclo montañeros asturianos los cuales rodaron durante una semana cada año por los amplios territorios lebaniegos lo que resultó un auténtico descubrimiento, luego otros muchos ciclistas descubrieron que Cantabria era algo más que una frontera cuando participaron las famosas rutas del Soplao.
Amén de otros libros realizados como autor como fue la Guia del Parque Nacional de los Picos de Europa, y coautor otro sobre Senderos PRs y GRs del PN de Picos de Europa.
Y en estas últimas fechas he publicado en 2020 otro libro Caminos a Santo Toribio. Rutas cántabras y astures, en el cual inserté dos rutas partiendo de Asturias, una saliendo del monasterio de Valdediós (Villaviciosa), enlazando los monasterios de San Antolín de Bedón, San Salvador de Celorio con el monasterio lebaniego de Santo Toribio, y el otro recorrido lo hice partiendo del monasterio de Villanueva (C. Onís) camino del antiguo monasterio de San Salvador de Plecín con dirección hacia el monasterio de Santo Toribio.
Pues bien, pese a todo ello, puedo decir que libro no ha tenido apenas repercusión en el territorio asturiano, es más dicho libro se envió a las autoridades astures (A. Barbón, B. Piñán, y P. León) los cuales ni se inmutaron, ni siquiera agradecieron el gratuito envío de un ejemplar.
No sucedió lo mismo con las autoridades cántabras, pues con el Sr. Revilla a la cabeza agradecieron el envío, aunque fuera a costa de meterles el agua en casa con dos rutas que partiendo desde Asturias llegaban hasta el corazón religioso lebaniego.
Cosa parecida sucedió con los diferentes alcaldes de una y otra Comunidad por cuyos territorios pasan diversos recorridos, al llegarles los tarjetones promocionales, algunos de los cántabros agradecieron la misiva, en cambio los ediles astures del sudoriente suponiendo que eso era hacerle el juego a Cantabria ni se dieron por enterados.
Pero, exceptuando estas excentricidades y atrevimientos y algunos reseñados desaires, se puede decir que salvo para el ámbito montañero digamos que Cantabria por más infinita que se nos presente, es una gran desconocida para los astures, por lo cual hasta se podría alabar la apuesta de la Consejería de Cultura, Política Llinguística y Turismo del Principado, por su apuesta en plan paradójico haga realidad este primer acercamiento.
Aunque encierre alguna paradoja pues en todos los actos programados para la promoción del Camín de los Santuarios/Camino Lebaniego, propuestos en Asturias, no hay ningún ponente cántabro, lo que resulta paradójico para un proyecto que se le presenta con vocación intracomunitaria, y que pretende unir distintos destinos y orígenes como son: San Salvador de Oviedo y Santo Toribio.
2ª Paradoja. Cambios de orientación.
Lo cierto, es que no sé en qué momento del proyecto pasó del referente covadonguino y su ligazón con el monasterio de Santo Toribio a trabarse el propósito de enlazar además la figura de San Salvador de Oviedo bajo una nueva denominación huyendo de viejas traiciones peregrinas, estudios y recorridos.
Lo cual debiera de haber sido lo lógico recurrir a todo ese bagaje desde un primer momento, aunque creo que los discursos conceptuales que soportan el Camín de los Santuarios, estos hacen reposar su articulación más en los aspectos arqueológicos que en los relatos históricos, pues en los discursos y en los textos de los Paneles de Inicio, u otras herramientas promocionales no aparecen referencias fundamentales, por ejemplo sobre la presencia del monje lebaniense el Beathus en la corte asturiana del rey Silo en Pravia aleccionando a la reina viuda Adosinda, o sus trasiegos entre Turieno y corte real visigoda muy en relación a las tesis adopcionistas.
Lo que parece cierto, es que una vez que se tendió el hilo del Camín de los Santuarios entre Santo Toribio y Covadonga, aunque tengan poco que ver en cuanto a las realidades políticas y religiosas, luego esto se amplió a San Salvador de Oviedo que sí que tiene bastante relación con Oviedo y la corte visigoda de Alfonso II El Casto, e incluso en esa ligazón entre los Imperios, el de Carlomagno y el de Alfonso II, lo cual vendría incluso como pera en dulce a esa conexión que pretende el eurodiputado asturiano Sr. Jonás Fernández de enlazar a el Imperio Carolingio con Asturias a través de la Vía Carlomagno
Pero donde ya me pierdo, es en la cuestión de enfatizar yo creo de forma extemporánea el tema de los Santuarios.
Yendo al mataburro internáutico de Wikipedia me encuentro con la consideración del término de Santuarios, que es por otro lado muy parecida o similar a la recoge en su libro el padre Florentino Fernández Álvarez. Guía para visitar los Santuarios Marianos de Asturias.
Es en este punto donde se produce otra gran paradoja, la cual hace que levante las orejas como las liebres, y repregunte ¿Sí el proyecto se titula Camín de los Santuarios, porque este solo agrupa tan escaso número?
Digamos que solo contempla en su recorrido el Santuario de la Virgen del Remedio, el Santuario de la Virgen de la Cueva (Piloña) y el Santuario de Covadonga (C. de Onís), dejando de lado incluso algún otro como la ermita de la Virgen del Carmen en Siero, o el Santuario de la Virgen de la Salud de Lieres.
Pues dicho proyecto deja de lado el resto de los SANTUARIOS que hay en Asturias, como por ejemplo: Santuario de la Virgen del Avellano (Allande) Santuario de la Virgen de la Asunción de Bedramón (Allande), Santuario de la Virgen de la Braña,(El Franco) Santuario de la Virgen del Carbayo (Langreo), Santuario de la Virgen del Carmen de Arboleya (Cabranes), Santuario de Nuestra Señora de Contrueces (Gijón), Santuario de la Virgen del Fresno (Grao), Santuario de la Virgen de Lugás (Villaviciosa), Santuario de Nuestra Señora de Miravalles (Villaviciosa), Santuario de la Virgen del Otero (Laviana), Santuario de la Virgen de Pastur (Illano), Santuario de la Virgen del Acebo (C. Narcea), Santuario de la Virgen de la Asunción del Cébrano (Teverga), Santuario de Nuestra Señora del Valle (Pravia), Santuario de la Virgen de Villaoril (Navia), Santuario de la Virgen de Alba (Quirós), Santuario de la Virgen de Bendueños (Lena), Santuario de la Virgen de los Remedios de Guimarán (Carreño), Santuario de la Virgen de la Asunción del Viso (Salas).
La verdad es que es poco entendible que se hayan promulgado un Camín de los Santuarios, con tan escaso ramillete de oratorios marianos, y no de los más floridos, y la Sra. Piñán no se haya atrevido a ir más allá al plantear algo parecido al GR 109 Asturias Interior, pergeñando un gran recorrido peregrino-religioso el cual partiendo de San Salvador de Grandas de Salime, o desde San Salvador de Valledor o San Salvador de Abres, o San Salvador de Piñera, equipamientos que tienen una vieja raigambre histórica y religiosa como vías de peregrinación incluso en tiempos visigodos se vertebrara con San Salvador de Oviedo, Covadonga y los caminos peregrinos de Cantabria.
De esta manera la Sra. Piñán hubiera articulado un recorrido con posibles variantes para incluir en ella los distintos y variados santuarios marianos astures, si esa es la nueva inclinación del Principado de Asturias de articular una vena senderista religiosa para lo cual hubiera sido más coherente con el título de Camín de los Santuarios.
Por tanto, habría que peguntarse: ¿Nada tienen que decir los ediles de los distintos concejos concernidos, las asociaciones peregrinas, las colectividades religiosas, las cofradías religiosas, las asociaciones turísticas frente a esta gran exclusión que supone la articulación del Camín de los Santuarios?
3ª Paradoja La presencia de asturianos en las actividades peregrinas
Y aquí viene la paradoja final. Me pregunto acerca de sí el Principado de Asturias se ha tentado las ropas a la hora de optar por una nueva política peregrina de carácter religioso, o por el contrario el Camín de los Santuarios es solo un hecho circunstancial de aprovechar la excusa de los actos covadonguinos para sacar un nuevo producto. Es la presunta que queda en el aire.
La pregunta no tiene nada de extraño pues pese a la existencia de diversas entidades jacobeas de viejo cuño y rencillas y vetustos liderazgos en el seno de la región asturiana, las cifras que expide desde hace años el servicio estadístico de la Oficina del Peregrino de Santiago de Compostela nos dice que por ejemplo en el 2004 hubo 3594 astures y 1930 cántabros, que fueron quienes peregrinaron hasta Santiago, aunque ese año fue excepcional, porque luego esa cifra baja y se mantiene durante años en unos 1110 peregrinos astures y los 400 cántabros que obtuvieron La Compostela.
Si nos acercamos a fechas más cercanas, tenemos que el 2018 fueron 2881 peregrinos astures y 887 cántabros los que se acercaron a la Oficina del Peregrino a por su certificado peregrino, y en él 2019 fueron unos 2817 peregrinos astures, lo que supuso el 1,92% de los peregrinos llegados a Santiago, y también lo hicieron 944 peregrinos cántabros.
Por su parte el SITA nos dice que el 20018 nos visitaron el 2,2 % de cántabros y en el 2019 subió al 3.1 %, de los cuales solo lo hacen por ocio o motivo excursionista un 2,7 % y el Instituto Cántabro de Estadística queda por ratificar dichas cifras.
Ese es el potencial peregrino con el que cuentan ambas comunidades, aunque no tengo certeza que Cantabria o Asturias estén recogiendo estadísticas sobre las visitas intracomunitarias y los lugares visitados como San Salvador de Oviedo, el Santuario de la Cueva, o Covadonga, o cuantos astures han visitado el cenobio de Santo Toribio.
Cifras que evidentemente pudieran ayudarnos a denotar posibles movimientos peregrinos intracomunitarios entre Asturias y Cantabria y la rentabilidad social, política y económica de este tipo de proyectos.
Sería bueno escuchar a la Sra. Consejera del ramo exponer tales conceptos estadísticos sobre los que creo articular tan señalado como específico proyecto del Camín de los Santuarios.
Para cerrar este artículo, puedo decirle a la Sr. Berta Piñán que en la Apertura y Cierre de la Puerta del Perdón del año Jubilar de Santo Toribio de Liébana del año 2017, no hubo presencia de asturianos al menos realizando los caminos desde Asturias o desde Cantabria, al menos andando otra cosa es que lo hicieran en vehículo, lo cual no puedo certificar.
Espero sirvan estas notas a modo de reflexión crítica frente a un quehacer que conceptualizo como errático, cuando no erróneo en el fondo y la forma como he expuesto en todos estos artículos.
Llegados a este punto doy por finalizadas estas reflexiones con una antigua reflexión de 1998, que hacía un heterodoxo historiador como era Vicente José González García, de la cual espero que mueva al Gobierno de Asturias a repensar algunos aspectos de su vanidoso proyecto Camín de los Santuarios.
Decía Vicente José González: «si la intención de los Organismos Oficiales es estudiar, fomentar y dar a conocer un Camino de Santiago [en este caso el Camín de los Santuarios] están en su derecho. Pueden hacer lo que les plazca. Para eso está la libertad, y en ello no hay agravio… pero lo que es injusto y constituye una ofensa y agravio creciente es el crear confusión y confundir términos presentando, en virtud de la figura retórica conocida por sinécdoque o sea un parte como si fuera la totalidad … ¿Por qué ocultar el anterior Camino [los Francos] con el cual se engarza, sirviéndole de base, ¿como si fuera un inconveniente o una desgracia? Cuando en realidad es una ventaja y la justificación de ese camino posterior».[1]
Aquí queda pues este texto a modo de reflexión
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Victor Guerra
[1] González García, Vicente José. El primitivo camino de Santiago por el Norte o la ruta del prerrománico: precisión histórica. El Camino Jacobeo en Asturias. Jornadas de Estudio. Infiesto 1998.
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